alarilla (guadalajara)

Me temblaban hasta las puntas de los pelos. ¡Qué miedo! Sólo de pensar que tenía que tirarme por una montaña...., pero nada de nada, una vez que subes y estás sentadita en el parapente se te quitan todos los miedos.

Cogimos una oferta en biplaza y allí que nos fuimos. Un día terrorífico con un viento que tiraba. Pensamos que nos tendríamos que volver a casa, pero al final pudimos volar. No disfrutamos en exceso por culpa del viento que nos impidió desplazarnos a gusto, pero fue una experiencia que igual algún día repetimos, eso sí, sin viento.

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